El sistema Floral de Bach está compuesto por 38 flores, cada una está dirigida a tratar diferentes estados emocionales y mentales, no tratan directamente enfermedades físicas pero devuelven la armonía a la mente, y de este modo permiten que las defensas naturales del cuerpo actuén con mayor facilidad.
Las flores actúan sacando lo mejor de nosotros mismos, inundando nuestra naturaleza con la virtud particular que necesitamos y borrando los defectos que causan el dolor o la enfermedad.
A tener en cuenta:
Son inocuas ya que no causan daño alguno.
No poseen compuestos quimicos.
No generan acostumbramiento ni adicción.
No generan efectos colaterales o secundarios.
No poseen compuestos quimicos.
No generan acostumbramiento ni adicción.
No generan efectos colaterales o secundarios.
En los años 30, Edward Bach, oriundo de Mosley un pueblito cerca de Birmingham, Inglaterra, descubre este sistema natural, basado en las propiedades de 38 flores.
Edward Bach, ha sido un gran observador de las causas profundas que producen el dolor humano, un pensador revolucionario para su época. Ocupado en aliviar el sufrimiento de la gente ante la enfermedad, se recibe de médico, pasa por distintas instancias en su vida, integrando su conocimiento y experiencia también como médico bacteriólogo y homeópata, en una búsqueda constante de un sistema más natural.
Desde el año 1976 la OMS ( Organización Mundial de la Salud ) reconoce a las Flores de Bach como terapia complementaria.
MUY IMPORTANTE:
Las Flores no sustituyen ni reemplazan ningún tratamiento médico.
SI acompañan y complementan los tratamientos médicos restableciendo la armonía entre el cuerpo y la mente.
Las Flores de Bach pueden ser tomadas por niños, jóvenes, adultos, ancianos, animales y todo ser vivo que lo requiera.
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