Es bueno tener carácter para imponerse en la vida, pero demasiada fogosidad puede desembocar en accesos de cólera y perjudicar al hígado o viceversa. Cuando uno tiene desarreglos al nivel del hígado, normalmente esta persona tiene tendencia al nerviosismo, al enfado o peor a la ira que puede estallar en cualquier momento. Los trastornos afectivos o la emotividad excesiva causan también trastornos del hígado. Un ser sumamente emotivo y ansioso tendrá dificultades a la hora de tomar decisiones.
Cuando la energía del hígado se debilita, la persona se vuelve temerosa.
La emoción del hígado es el enfado. El enfado no es algo negativo,
simplemente es uno de los estados emocionales que todos experimentamos.
Pero su exceso, la furia o la ira, irrita al corazón, el cual bombea sangre almacenada en el hígado hacia arriba, reflejado en un rostro rojo.
Pero si el enfado sigue subiendo, llegaría al cerebro, y podría provocar una hipertensión o incluso hemorragia cerebral.
Para la medicina china, la mejor manera de resolver el enfado es manifestarlo
a través de comunicación verbal, dándole así una salida a esa “subida de tono”.
Tampoco es bueno reprimir el enfado, si uno aparenta estar tranquilo
por fuera pero reprime su enfado adentro, éste se convierte en rencor,
una energía patológica que bloquea al hígado.
El nombre en chino de la cirrosis se traduce como “congestión hepática”,
y suele ser fruto del cúmulo de años de enfado contenido .
Esa energía bloqueada en el hígado tiende a buscar una salida a través del conducto biliar hacia el bazo-estomago. La furia no manifestada del hígado fácilmente provocaría un proceso cólico o una gastritis aguda. El rencor, el exceso de trabajo intelectual, la preocupación, el nerviosismo interno y el estrés prolongado son los orígenes más comunes de los malestares del estomago. En una sociedad actual de constante estrés y de exigencias, a caso ¿es casualidad que tanta gente sufra alteraciones crónicas del sistema digestivo
Cuando la energía del hígado se debilita, la persona se vuelve temerosa.
La emoción del hígado es el enfado. El enfado no es algo negativo,
simplemente es uno de los estados emocionales que todos experimentamos.
Pero su exceso, la furia o la ira, irrita al corazón, el cual bombea sangre almacenada en el hígado hacia arriba, reflejado en un rostro rojo.
Pero si el enfado sigue subiendo, llegaría al cerebro, y podría provocar una hipertensión o incluso hemorragia cerebral.
Para la medicina china, la mejor manera de resolver el enfado es manifestarlo
a través de comunicación verbal, dándole así una salida a esa “subida de tono”.
Tampoco es bueno reprimir el enfado, si uno aparenta estar tranquilo
por fuera pero reprime su enfado adentro, éste se convierte en rencor,
una energía patológica que bloquea al hígado.
El nombre en chino de la cirrosis se traduce como “congestión hepática”,
y suele ser fruto del cúmulo de años de enfado contenido .
Esa energía bloqueada en el hígado tiende a buscar una salida a través del conducto biliar hacia el bazo-estomago. La furia no manifestada del hígado fácilmente provocaría un proceso cólico o una gastritis aguda. El rencor, el exceso de trabajo intelectual, la preocupación, el nerviosismo interno y el estrés prolongado son los orígenes más comunes de los malestares del estomago. En una sociedad actual de constante estrés y de exigencias, a caso ¿es casualidad que tanta gente sufra alteraciones crónicas del sistema digestivo
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